Tiene veintiséis años, es español y llegó a Argentina a principios de 2014. Junto a otros comenzó a militar en el proyecto a 15000 km de distancia. ¿Cómo construyen el partido desde el exterior? ¿Cómo se proyectan y llevan adelante la democracia de base tan pregonada? ¿Qué rescatan de los procesos latinoamericanos de la última década? Conversamos con Pablo Estruga Tula para comprender uno de los fenómenos políticos más curiosos de la actualidad.

Por Federico Acosta Rainis

¿Cómo te sumaste a Podemos? ¿Qué te intereso?¿Qué te atrajo?

Mi militancia empezó en el movimiento 15M, el de los indignados. He evolucionado con ese movimiento: después del 15M y las plazas, quedaron las mareas y otras organizaciones paralelas. En enero vine para acá, pero los compañeros me contaron que iba a pasar algo. Entonces me enteré de la organización de Pablo Iglesias, y acá en Buenos Aires se organizó una manifestación espontánea para el 22 de marzo. Era la marcha de la dignidad e hicimos algo simbólico en la embajada. Fuimos ahí cuarenta personas que no nos conocíamos, y después de la movilización dijimos “che, mira, está pasando esto en España, ¿qué les parece si nos juntamos a charlar, a debatir?”. Por las redes movimos la cosa, empezó a sumarse gente y coincidió que un compañero de los fundadores de Podemos, Germán Cano, viajaba a la Argentina por razones personales. Lo enganchamos para que venga a charlar con nosotros y nos cuente de primera mano cómo es el proceso. Y nos gustó la idea… Estamos lejos, emigrados, pero vamos a darle para adelante.

¿Por qué forman parte de Podemos?

Primero porque tenemos la oportunidad de participar en la formación de un partido, que es algo súper novedoso, y segundo porque la propuesta que tiene es básicamente para que podamos volver a España: le quieren dar un futuro a la juventud. Por esos dos factores empezamos a militar. Cuando creamos los círculos faltaba un mes para las europeas. Entonces pensamos: “¿cómo podemos ayudarlos? Vamos a ir a los medios para que nos conozcan, vamos a dar apoyo desde acá en Argentina”. Y claro, al principio era: “¿quiénes son estos boludos de Podemos acá, que quieren?”. Llego el 25. Y el 26, después del resultado de las elecciones no pararon de llamarnos desde los medios. Eso nos dio a conocer.

“Nuestra militancia está centrada pura y exclusivamente en política española. Consideramos que no teníamos tiempo para más y que la lucha ahora está allá. Hay que gobernar España, hay que llegar al gobierno para cambiar las cosas.”
¿Cuál es la razón para militar en Argentina, tan lejos de España?

Argentina, después de Francia, es el país donde más españoles hay en el extranjero, no tanto por la inmigración nueva sino por las inmigraciones anteriores. El nuestro es un círculo especial porque el estar en el extranjero limita lo que podés hacer. Pero también te da muchas ventajas porque no tenés presiones mediáticas. Nuestras líneas son varias. Primero la difusión, que se conozca el movimiento, esto ya no hace tanta falta porque prácticamente todos los medios locales tienen alguna conexión con España. Después, llegar a los inmigrados y llevar nuestras demandas: una de nuestras primeras es el voto rogado, una de las dificultades que se ha creado desde el 2010, por la reforma del voto consular, que dificulta mucho el procedimiento para votar en el extranjero. Hay que seguir una serie de pasos para poder votar en las elecciones españolas. Es una labor bastante grande que tenemos porque nuestro objetivo además de dar a conocer es reclamar votos. Según el censo hay trescientas mil personas que pueden votar, entre españoles y descendientes de españoles, una cifra que queremos atacar. Y el tercer objetivo es contribuir a la formación del partido, mediante el programa, mediante documentos; estamos en la Argentina, que es la bandera mundial ahora mismo en derechos humanos, y queremos contribuir con eso al programa de Podemos.

¿Cuánta gente está trabajando en el círculo?

Hace poco se canceló un evento, el “Buenos Aires Celebra España” y decidimos hacer una reunión informal con la gente que quería venir. Ahí llegamos a la conclusión de que el círculo va de las treinta personas que militamos todos los días hasta las casi doscientas que aparecen de vez en cuando.

¿Por qué es tan amplia esa diferencia?

La militancia en el extranjero es muy complicada, todos tenemos horarios diferentes, todos vivimos en diferentes lugares de la ciudad o del país. Y después está el grado de compromiso: estamos conectados a Podemos mediante las redes y ya tenemos un trabajo en casa; si encima le pedimos al militante que venga a las reuniones y venga a los actos… es más complejo. Pero hay muchas herramientas que nos permiten participar a distancia.

Es un buen numerito…

Es un número, pensando que es algo muy nuevo, algo que requiere mucho trabajo. Pero tenemos toda la prensa interesada. Eso implica actualizarte un montón para poder responder y sobre todo para poder saber qué se está opinando en cada lugar. Tenemos una sección en las redes que denominamos “Gente Podemos” donde preguntamos a las personas: “¿qué es Podemos para vos?”. Es una pregunta muy discreta y sencilla y la gente te cuenta de todo. Es buenísimo, te cuentan su impresión: “yo he escuchado que son unos radicales pero veo su discurso y no son tan radicales, son una buena opción”. Está muy bueno eso, intentamos hacer ahí un panorama paralelo a las encuestas.

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“¿Conectar con la gente es populismo? A mí no me importa que me llamen populista, si lo único que hago es hablar con gente como yo: tomo un discurso que es comprensible y lo pienso, lo interiorizo y lo replico. Si eso es populismo, entonces está bueno.”
En todo el mundo se está hablando de que Podemos es una propuesta interesante para replicar en otros países. ¿Ustedes tienen alguna idea de hacer algo así en Argentina o por ahora la idea es enfocarse en España?

Es una buena pregunta porque nos la hacemos diariamente. Nuestra asamblea del círculo decidió en un primer momento, y eso lo mantenemos hasta el día de hoy, que nuestra militancia está centrada pura y exclusivamente en política española. Consideramos que no teníamos tiempo para más y que la lucha ahora está allá. Hay que gobernar España, hay que llegar al gobierno para cambiar las cosas.

Pero, a la vez, la gente de aquí se interesa no sólo por sus propuestas para España.

Es verdad que la idea original llama mucho la atención. La gente tiene interés, se acerca y nos dice: “¿ustedes están acá en Argentina?”. Como nos llamamos Círculo Podemos Argentina alguna confusión se genera, pero lo explicamos rápidamente. Por suerte acá hay cientos de partidos y opciones para militar, entonces llamamos a los compañeros a que hagan su militancia local en otra organización y nosotros seguimos centrados en España. Eso no quita que se pueda aprender de nuestra experiencia, que estamos compartiendo con distintos colectivos. También consideramos que para que exista un Podemos Argentina  tienen que cambiar muchas cosas y hay que adquirir mucho de la filosofía de Podemos: las primarias abiertas, la transparencia absoluta, la participación, todo eso no se consigue de un día para otro y aquí no se ha hecho. Entonces puede ser que se dé en el futuro: ni somos dueños del conocimiento ni somos el futuro, pero puede ser una opción. Un interés que yo personalmente tengo, es hacer política local pero en las instituciones españolas. Existe un consulado y una embajada, y de ese consulado y esa embajada dependen un montón de organismos: este año de militancia me he encontrado con mucha casta en la Argentina, muchos organismos que dependen del estado, que reciben subvenciones del estado y están como paseando. Esa va a ser mi propuesta para el año que viene: militemos política española pero pensando en estas instituciones. Te estoy dando la primicia (risas).

Ahora voy a sacar el titular en letra cincuenta (risas). Muchos analistas políticos caracterizan a Podemos como un movimiento populista. ¿Qué opinas sobre esta caracterización?

A nivel personal siempre me ha hecho mucha gracia el término. Si lo analizamos semánticamente a mí me gusta el populismo porque yo lo entiendo; yo entiendo a un técnico económico que me viene a contar qué medidas va a aplicar a la sociedad. Hablar de populismo no siempre es negativo. Nosotros no somos populistas en cuanto a que lo que hacemos es sentido común. No decimos “España va a estar libre de fraude fiscal”, decimos “tenemos fraude fiscal y tenemos unas medidas concretas para reducirlo al máximo”. No vendemos humo como hacen los demás partidos de diferentes formas. Tenemos un discurso muy común, muy entendible para la gente, y nos quedamos muchas horas hablando… ¿eso es populismo? ¿Conectar con la gente es populismo? A mí no me importa que me llamen populista, si lo único que hago es hablar con gente como yo: tomo un discurso que es comprensible y lo pienso, lo interiorizo y lo replico. Si eso es populismo, entonces está bueno.

“Está claro que a la hora de buscar aliados vamos a sentirnos mucho más afines a modelos como el argentino, el boliviano oel ecuatoriano, que a otros modelos como pueden ser el de Estados Unidos, México o Colombia.”
Uno de los aspecto más interesantes de Podemos es la participación horizontal. ¿Cómo garantizan este aspecto dentro de un partido que debe mantener una estructura jerárquica para participar en elecciones?

Desde el primer momento se planteó esa mezcla entre democracia participativa horizontal y audacia. Audacia quiere decir toma de decisiones muy rápida. Entonces es un número reducido de personas, el Consejo Ciudadano, conformado por setenta miembros, el que en último caso va a tomar decisiones. Pero si al tomar decisiones que involucran y representan a mucha gente lo hacés de una manera transparente, si publicás el acta de la reunión donde se han tomado esas decisiones y en el caso de que no gusten se pueden revocar fácilmente y no dentro de cuatro años en las próximas elecciones, sino dentro de un año en el congreso, o dentro de meses con una moción popular; si vos tenés todas esas herramientas, la combinación es factible.

Pablo Iglesias hizo varias veces menciones positivas sobre los procesos políticos latinoamericanos de la última década. Ustedes que viven acá ¿cómo ven el panorama latinoamericano y en particular qué evaluación hacen del kirchnerismo?

En el círculo tenemos todo tipo de pensamiento: gente a la que le gustan las políticas de este gobierno, gente a las que no le gusta tanto, gente que acaba de llegar y no las conoce, gente que solo las conoce por lo que lee en la prensa. Como es tan dispar hemos decidido no pronunciarnos. Ahora bien, hay una opinión mayoritaria. Muchas de las políticas de Ecuador, de Argentina, las defendemos: la redistribución, el tema de la regularización de la deuda que es importantísimo, la pelea que hay con los fondos buitre. Hay un montón de cosas que defendemos. Hay otras con las que no estamos de acuerdo o no nos gustan, sobre todo porque tenemos maneras diferentes. Está claro que a la hora de buscar aliados vamos a sentirnos mucho más afines a modelos como el argentino, el boliviano o el ecuatoriano, que a otros modelos como pueden ser el de Estados Unidos, México o Colombia. Esto está muy claro, es muy evidente y no hace falta que lo digamos. Nuestro objetivo, y el que no lo quiera leer que no lo lea, es defender lo popular como lo están defendiendo algunos modelos acá.

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Federico Acosta Rainis
es Profesor de Antropología egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Magíster en Periodismo por La Nación/UTDT. Ha publicado en La Nación, Revista Nan, American Herald Tribune y en el Instituto de Estudios Estratégicos Manquehue. Además de artículos de análisis y opinión, escribe crónicas de viajes, relatos, cuentos, y poesía.

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