A simple vista, vascos y mapuches no se parecen en nada. Sin embargo, estos pueblos comparten dos particularidades históricas fundamentales.

Originariamente, el euskera es una lengua con siete dialectos que se diferencian bastante entre sí. Para entenderse, los vascos y vascas inventaron el Euskera Batua, es decir, el euskera estándar, que es el que ahora se habla generalizadamente y se enseña en todas las ikastolas, que son las escuelas que sólo enseñan en ese idioma. Estamos en España pero, en las ikastolas, el castellano y el inglés son simples materias a cursar dos o tres veces por semanas.

El caso del euskera como lengua viva y aislada, es particularísimo. Primero, porque en el mundo hay muy pocos casos de lenguas aisladas. Es decir, todas vienen de un idioma madre, salvo que ellas mismas sean un idioma madre. Existen algunos casos, es cierto, pero la amplia mayoría son lenguas que ya no se hablan. Como el sumerio, que se hablaba hace miles de años en sur de lo que hoy es Irak, hasta que algún otoño lo borró para siempre.

En cambio el euskera es una lengua madre y está viva, muy viva. Enterarme de esta particularidad me impactó, pero más aún me llamo la atención enterarme que toda mi vida había estado muy cerca de un caso parecido al euskera, sin darme cuenta: el mapuzungun –que es el idioma de los Mapuche– también es una lengua viva y aislada.

Pienso que mi desconocimiento –y el que supongo que la amplia mayoría de argentinos y chilenos tenemos sobre esta cuestión– es, justamente, el éxito genocida de nuestros estados sobre el pueblo mapuche. Digamos que somos, salvando las distancias, algo así como España y Francia para el Pueblo Vasco. Pero probablemente con mucha más sangre en nuestras banderas.

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Fabricio Lombardo
es profesor de historia. Editó la revista El Suburbio y formó parte del Movimiento de Desocupados en Buenos Aires. En 2009 construyó junto a otros docentes el Bachillerato Popular “Carlos Fuentealba”. Viajero incondicional y amateur de la fotografía, actualmente forma parte del movimiento okupa en Euskal Herria y oficia de editor en Ultimoround.

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