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Natalia Vinelli: Un Scalabrini para la Ley de Medios

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Natalia Vinelli es Comunicadora Social, docente y militante de la comunicación alternativa. Junto a otrxs fundó Barricada TV, uno de los “Medios Alternativos, Populares y Comunitarios” más  importante de Latinoamérica. En esta entrevista analiza qué sucede con la Ley de Medios y cómo esto repercute en la comunicación que te entra al balero.

Por Javier Campos
Fotografía: Agustina Maggiotto

¿Cómo está actualmente la situación de la Ley de Medios?

Decir “cómo está la Ley” es,  más o menos, plantear cómo estuvo en los últimos cuatro años. Es decir, no hay una modificación muy importante en lo que es la aplicación efectiva de la ley. Lo notable es lo que ocupa las principales planas: nuevamente la pelea y el maniqueísmo del Gobierno con el Grupo Clarín y éste con el gobierno. Y, con lo que fueron las últimas audiencias en la Corte Suprema, se volvieron a poner en discusión algunas cuestiones referidas a la Ley de Medios.

Desde Barricada TV ¿qué fallas o aspectos problemáticos reconocen en este contexto de no aplicación?

El primer elemento que debemos divisar de la Ley de Medios es que, nosotros, la pelea a favor de  la desconcentración de medios la acompañamos rotundamente, pero pensamos que esta desconcentración debe ser a fondo. No solamente se trata que desconcentre el Grupo Clarín, al cual podríamos decir que detestamos particularmente, sino también el Grupo Telefónica, el Grupo Uno, el Grupo Vila Manzano y demás. El resultado de la Ley de Medios no solo debe implicar el cambio del mapa de los medios, sino también el cambio del paradigma de la comunicación. Porque no sirve que sigan apareciendo nuevos grupos empresarios, como es el caso de Spolzky o Cristóbal López, porque siguen siendo medios comerciales que no se plantean pensar los medios más allá de la oferta y la demanda, más allá de la generación de ganancias.

vineli1¿Y en cuanto a la democratización?

Bueno, ahí creo que es donde la aplicación de la ley ha quedado mucho más sesgada. El avance del 33% del espectro para las entidades sin fines de lucro es demasiado pequeño. Y además se incluyen allí medios que no son sin fines de lucro, sino públicos. Por ejemplo, con las radios escolares que, más allá de estar de acuerdo, lo cierto es que es un medio público que funciona gracias a un acuerdo entre la AFSCA, el Ministerio de Educación y la Comisión Nacional de Comunicaciones.  Entonces, es un medio público y no un medio sin fines de lucro.

Finalmente, además hubo algunas autorizaciones por las cuales se dio la adjudicación directa a medios que están en zonas de “alta vulnerabilidad social”, que es una categorización sociológica que no se definió. En estos casos son sorprendentes los  medios que se han autorizado, porque algunos vienen trabajando hace tiempo, pero otros recibieron la habilitación no bien fueron creados. Y a su vez, el puñado de medios que fueron autorizados, básicamente radios, tampoco están en relación con las necesidades comunicativas, ya que la demanda es mucho más alta respecto a lo que la AFSCA está cumpliendo.

Natalia Vinelli

Con todo, ¿cómo te da la cuenta?

En realidad, a la conclusión que llegamos es que la aplicación está siendo demasiado lenta, que cuatro años es mucho tiempo para seguir hablando de una nueva Ley de Medios y que la aplicación, además, está siendo bastante sesgada.

El kirchnerismo ¿en cuánto aporta y en cuánto es contraproducente para la aplicación de la ley?

No podemos negar que hubo una voluntad política por parte del gobierno de avanzar con la Ley de Medios, y hay que reconocer que otros no tuvieron esta decisión. Pero también tiene responsabilidad en este estancamiento actual. Y mucha. Porque las atribuciones ejecutivas de la autoridad de aplicación tienen un vínculo directo con el gobierno nacional. Por lo tanto, que a esta altura no se haya elaborado un plan técnico para ver cómo está el espectro a nivel de las frecuencias y hacer efectiva la reserva para los medios sin fines de lucro, es responsabilidad del gobierno. Hay que decir que es una decisión que tampoco se toma desde el 1984, con la excusa de la falta de un plan técnico. Por eso desde nuestro espacio de Televisoras Alternativas Populares y Comunitarias y de Barricada TV queremos que se avance en ese sentido. De mínima queremos que se autoricen a los medios que ya estaban operativos en 2009, y de máxima que se autoricen a todos. No obstante la realidad es que no nos vienen escuchando.

¿Qué posición tomaron, teniendo en cuenta esta dualidad entre un gobierno que avanza centralmente contra un oligopolio mediático, pero que es deficitario en los aspectos que ustedes consideran centrales?

Cuando comenzó la discusión de la nueva Ley nos ha tocado debatir con sectores del campo popular y siempre propusimos intervenir en la pelea porque había treinta años de demanda de democratización de las comunicaciones y de realización de una nueva Ley de Medios y no podías quedarte afuera criticando que era una maniobra del gobierno solo para destrozar a Clarín. Por consiguiente, nuestra política fue la intervención, para arrancar de esa Ley las reivindicaciones más adecuadas a nuestra realidad. Lamentablemente tuvimos éxitos parciales, no tuvimos demasiada recepción. Igualmente, logramos que en el artículo cuarto de la Ley se reconociera la figura de medio comunitario, en base al reclamo que hicimos argumentando nuestro desagrado en la categoría sin fines de lucro, porque nosotros queríamos ser reconocidos como “medios comunitarios, alternativos y populares”.

Sectores cercanos al Gobierno tienen un discurso que intenta abrazar a los medios comunitarios, ponerlos de su lado. ¿Cómo evalúan ese guiño?

Sí, tienen el discurso de que los medios comunitarios ahora van a tener que estar “a la altura de la historia” porque está la Ley de Medios.  Y eso es injusto, perpetuador de la desigualdad, porque no podemos decir que Radio Resistencia, que funciona en Andalgalá, y cuyo objetivo es denunciar y pelear contra la mega minería, tiene la misma fortaleza económica y tecnológica que la radio que puede montar la Fundación Telefónica o el sindicato UOCRA, el cual ya está experimentando en televisión digital, sin ningún concurso. Justo la UOCRA, que tiene al buchón de Gerardo Martínez y que es un sindicato que dirime sus internas a balazos. A eso hay que sumarle las grandes empresas cooperativas, que siguen teniendo la forma de una cooperativa en términos legales, pero tienen un patrón y empleados que cobran un salario, es decir una forma de gestión empresarial.

¿Cómo se podrían diferenciar estos medios?

Nuestra propuesta no es dejar afuera a los medios de las fundaciones, sindicatos, es decir, los sin fines de lucro. Eso no, pero sí que se destine un espacio específico para los medios alternativos, populares y comunitarios. Plantear una diferencia en el tratamiento que iguale las condiciones y posibilidades, porque si no, no podemos competir por los pliegos. Y esto ya pasó cuando se abrieron los primeros pliegos de televisión, en los que se exigía que declaráramos empleados, y nosotros no teníamos ni tenemos empleados, tuvimos que salir a inventarlos. Nuestra propiedad es diferente, es social, colectiva, comunitaria. Por lo tanto, no hay relación de propiedad privada ni de patrones y empleados, sino que hay una gestión cooperativa, igualitaria. A esto hay que sumarle la cuestión del patrimonio acorde con la inversión, y los requisitos generales con costos enormes, que no podemos cumplir. Costos que sí puede afrontar, por ejemplo, la UOCRA. Entonces ¿para quién es la Ley de Medios? ¿Cuál era el sector sin fines de lucro que se está legalizando? Hay que recuperar la mirada de Scalabrini Ortiz: todo lo que no se legisla explícitamente a favor del más débil, se legisla implícitamente a favor del más fuerte. Para que quede claro: estamos pidiendo que se aplique la ley, es decir, lo de mínima, para que luego al momento de reglamentarse, nos coloquen en un tratamiento diferenciado.

Natalia Vinelli

Justamente, los medios comunitarios, populares y alternativos parecen haber quedado en medio de una lucha distinta, de un maniqueísmo permanente.

Somos un poco los convidados de piedra en esa discusión, de todas maneras no nos hacemos cargo del maniqueísmo. En las movilizaciones a las puertas del AFSCA se planteó que le hacíamos el juego a Clarín… ¡Que se vayan a cagar! ¡¿Qué juego a Clarín?! Nosotros construimos nuestros medios en respuesta justamente al Grupo Clarín. Algunos creen que hacerle el juego a la derecha y a Clarín se evitaría yendo a la AFSCA y quedándonos en nuestra casa esperando que Sabatella utilice su varita mágica y nos beneficie, cuando este señor nunca nos recibió. La gestión de Sabatella te pide que esperes, que no te movilices y cuando lo haces, te dicen que le haces el juego a la derecha.

¿Por qué no se avanza, cuál es el sentido de que no se lleve a cabo?

Hay muchas aristas para analizarlo, pero entiendo que cuando estamos hablando de medios, hablamos de disputa de sentidos, de subjetividad y en definitiva de disputa de poder, de cuáles son los sentidos dominantes, las formas de ver el mundo y muchas cosas más. Es lógico que duden porque legalizarnos significa la habilitación y amplificación de quienes pensamos la comunicación como una herramienta al servicio de la transformación de la sociedad y de nuevas maneras de ver el mundo. Deben pensar “les ponemos medios a estos y se van a venir contra nosotros”.  Lo que tampoco me voy a tragar es lo de la sustentabilidad: nunca los fuimos a joder para que nos den plata. Laburamos desde 2009 y nunca le pedimos un peso, así que yo ese verso no me lo creo…  Por todo, siento que la Ley de Medios le quedó grande al kirchnerismo, porque hubo una voluntad que se quedó a mitad de camino que por ahora sólo es un operativo contra Clarín.

Pier Paolo Pasolini. La Agonía y el éxtasis

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“Amo la vida ferozmente; desesperadamente, también. Y creo que esta ferocidad y esta desesperación no me llevarán sino a la autodestrucción. Amo el sol, la vegetación, la juventud. Devoro mi existencia con un apetito sin límites. ¿Cómo terminará esto?, no lo sé.”

Pier Paolo Pasolini

Un nombre. Sólo eso, un nombre sonado desde siempre, desde la infancia, provocando en mí sensaciones diversas: misterio, melancolía, atracción, esperanza; un nombre incisivo, atroz. Turbiamente mezclado en la sobremesa de los mayores, en las charlas donde se combinaban el último chisme, el comentario sobre la nueva marca de café ensayado por la anfitriona, el cambio de auto del padrino, los actores de las películas de moda y de repente, como una sacudida, irrumpe la palabra: Pasolini. Todo lo que la imaginación puede fraguar alrededor de un nombre, decía Silvina Ocampo. Fui creciendo, y su imagen desconocida acompaño mi vida en diferentes etapas, como una idea, un conjuro, una promesa.

No sé por qué razones, nunca lo averigüe, es verdad que Luján era un lugar difícil para encontrarlo; la televisión y el cine lo habían olvidado o prohibido, y no teníamos dónde poder acceder a él. Hasta que un día se reveló ante mí una mala copia de su Decamerón; entonces lo supe, entendí todo lo anterior, toda la fuerza de ese nombre, y advertí que mi historia ya no sería la misma. ¿Qué era lo me atraía tanto, dónde radicaba esa pasión, esa adoración que hacía de PPP un personaje único, diferente? Ensayando posibles respuestas, me detengo en que es ante todo un poeta, un escritor que se ha dedicado a la cinematografía, que fusionó los opuestos de una manera reveladora, lo profano y lo sagrado en un mismo plano; sus películas no son películas, son otra cosa, son sinfonías, extrañas composiciones en las que se sintetiza toda la condición humana colándose constantemente una poesía urgente, con colores nunca antes revelados.

Pier Paolo Pasolini es ante todo un poeta, un escritor que se ha dedicado a la cinematografía, fusionando los opuestos de una manera reveladora, lo profano y lo sagrado en un mismo plano; sus películas no son películas, son otra cosa.

Lo que hacía, rozaba lo inédito en la tradición cinematográfica, Pasolini es una sensación, una llamada a observar la realidad por medio de su ojo, que nos revela un interés por la muerte, la nostalgia de un paraíso perdido desde y para siempre, lo inacabado, el agotamiento, el éxtasis de la poesía, la cosificación actual de los cuerpos, la dolorosa anestesia del consumismo, la diversidad como emblema no requerido pero enarbolado a título personal contra fascismos varios, la insatisfacción, la sacralidad del sexo, la negativa a toda categorización rígida, el feroz amor por la vida. Pasolini duele, pero con ese dolor de despertar a una realidad, un dolor revelador, casi redentor.

¿A cuál Pasolini describir?, ¿al poeta, al dramaturgo, al cineasta, al marxista, al católico (ambos en versión heterodoxa), al provocador, al teórico? ¿Cómo abordar entonces a semejante figura, tan vasta, casi infinita, sin perderse, sin bifurcase ni hacer abuso de los paréntesis eternos, que a su vez contienen otros paréntesis y guiones y aclaraciones? ¿Cómo hacerle caso a los ruegos desesperados de mi amigo F. que sentenció: 8.000 espacios, recordándome la noción de síntesis, de redondeo? ¿Cómo hacerlo?, no lo sé, creo que lo más conveniente es hacerle caso a las palabras del poeta y cineasta que dio origen a mi conflicto: “… hay que elegir siempre entre expresarse y morir o permanecer mortales e inexpresivos”, en eso estoy, Pierpaolo; espero que la damnificada sea yo y no los lectores, en fin…

El joven poeta

Pasolini nació en Bologna en 1922. Estudió en la universidad, obteniendo el título de Doctor en Letras. Sufrió los avatares de la Segunda Guerra Mundial, en la cual murió su único hermano, fusilado en las luchas internas de la resistencia. Hijo de un militar fascista, se enfrentó a él e –influido por la obra de Gramsci– ingresó en el Partido Comunista Italiano. Descubrió el mundo de la poesía de la mano de Rimbaud, y en su juventud publicó algunos libros de poemas, siendo reconocido en los círculos intelectuales de Bologna. A los 27 años comenzó su tarea como maestro rural; en 1950, acusado por corrupción de menores, se exilió en Roma.

Continuó una prolífica actividad como escritor, editando diversos libros de poemas, ensayos, obras de teatro, novelas, entre los que se destacan Las cenizas de Gramsci (1957), Passione e ideología, La mejor juventud (1954), La religión de mi tiempo (1961) y Poesía en forma de rosa (1961-1964), los ensayos Sobre la poesía dialectal (1947), La poesía popular italiana (1960). Asimismo se destacan en la literatura italiana de posguerra sus novelas Muchachos de la calle (1955), Una vida violenta (1959) y Mujeres de Roma (1960), y Los dramas Orgía (1969) y Calderón (1973), entre otras. Se introdujo en el mundo del cine de la mano de grandes como Fellini, colaborando con el guion de Las noches de Cabiria, hasta que comenzó su prolífica y breve carrera como cineasta (21 filmes en 14 años).

Para Pasolini, el pasaje de la literatura a la cinematografía no era nada más que otra forma de manifestar la realidad de un modo más directo, más genuino: el apropiado. “El cine me permite el contacto con la realidad, un contacto físico, carnal, incluso diría, de orden sensual”. Su obra cinematográfica podría dividirse en varias etapas.

Pier Paolo Pasolini

El primer PPP

Acattone, Mama Roma y El evangelio según San Mateo. Este período, casi experimental, reúne tres filmes que podríamos confundir con el neorrealismo, aunque él no lo considere así, es decir, comparten ese espíritu de cine documental y de denuncia, pero se alejan estilísticamente, tanto por la ausencia de los planos secuencia como del naturalismo. Son películas en las que se adivina la intención gramsciana de hacer grandes obras nacionales y transformarlas en populares, destinadas a un pueblo idealizado. En estas primeras obras, ya percibimos lo que será el estilo pasoliniano: la fusión entre lo salvaje y lo animal, mezclado con lo bello, lo sublime.

Presenta una paleta de personajes marginales: los excluidos (siempre elegidos entre personas de la vida real, no actores, una opción que también lo acompañará en la mayoría de sus películas, y que hacen que sean aún más atractivas), sacralizando de alguna manera a la clase trabajadora. Pasolini ve en ellos un espíritu de excepcionalidad, en su orgullo, su independencia, su dignidad de miseria. “Veo el mundo como casi todos los que tienen una vocación poética, es decir como un hecho milagroso y casi sagrado”. El evangelio según San Mateo, es una obra increíble, de una belleza rústica y despojada, nada pretenciosa, con escenas que hacen referencia a obras pictóricas de Giotto y Piero della Francesca, pero sin alarde, humildemente fusionadas; es, sin duda, una de las mejores adaptaciones de un texto bíblico llevado a la pantalla. PPP quiso hacer una obra que respetase el texto original, presentando a un Cristo revolucionario, riguroso, extremo.

“La figura de Cristo deberá tener la misma violencia de una resistencia, algo que contradiga radicalmente la vida tal y como está en la configuración del hombre moderno (…) es una violenta llamada a la burguesía, estúpidamente lanzada al futuro que supone la destrucción de los elementos antropológicamente humanos, clásicos y religiosos del hombre. Tal vez por ser tan poco católico he podido amar el evangelio y hacer esta película”. Al avanzar su carrera de cineasta, sus películas se van tornando más complejas; destinadas a un público intelectual, sus argumentos plantean que el pueblo italiano ha cambiado la ideología revolucionaria por la del consumismo, se niega a hacer filmes en serie, como si fueran productos industriales que respondan a la tiranía de la oferta y demanda.

pasolinitextualPajarracos y Pajaritos estaría en la transición entre su primera etapa y la siguiente; esta ideo-comedia, como él la llamaba reúne a Totó –una de las figuras del espectáculo más importantes del cine internacional– y a Nineto Davoli (apartado especial para el querido Nineto, joven calabrés, hijo de campesinos, que entró en el círculo de amigos de PPP y se convirtió en su pareja y su inspiración, participando en la mayoría de sus películas. Nineto es ingenuidad y picardía al mismo tiempo). Estos dos personajes son padre e hijo, errantes eternos, que recorren los caminos de Italia topándose con las diferentes problemáticas de una sociedad en quiebra, una sociedad víctima de un sistema opresor; allá donde van los acompaña un cuervo parlante, que simboliza la conciencia marxista. En esta película, simple y compleja a la vez, PPP nos muestra la crisis del marxismo en los cincuenta y las críticas que él hace de las contradicciones que encuentra en el seno del PCI. Rasgo caracterizador de la mayoría de sus obras –a veces directa, a veces sugerida–, es la crítica feroz a la burguesía. Teorema es un claro ejemplo de ello, que, inmersa en una policromía única –los colores de sus sueños– relata la llegada de un visitante misterioso, carismático, que roza lo sagrado, y que irrumpirá en la monotonía de una familia de la alta burguesía industrial influyendo en cada uno de los personajes y revelando sus traumas y miserias. De la misma manera, pero con un estilo mucho más controvertido y atroz, Porcile es una metáfora del canibalismo del capitalismo, con escenas procaces, en las que abundan reminiscencias de la zoofilia y la antropofagia.

Medea y Edipo Rey son dos filmes que toman el pretexto de tragedia clásica, plantean nuevos problemas. Edipo es su obra más autobiográfica, simboliza su propio complejo proyectando en el mito un momento de la cultura actual. La controvertida Medea nos presenta la problemática de la historia de las religiones. Los paisajes, los vestidos, los colores muestran una acertada ambientación espacio-temporal nunca antes vista; aquí se presenta una civilización rústica, casi prehistórica, salvaje.

El PPP documentalista

Comizzi d’amore y La rabia. Un aspecto que no quiero pasar por alto es el de PPP como idóneo documentalista. En Comizi d’amore, con micrófono y cámara en mano, busca reflejar la mentalidad italiana respecto a la sexualidad y las relaciones amorosas. Para ello viaja al sur y al norte, a las ciudades y al campo, entrevista a intelectuales, trabajadores y granjeros, a hombres y mujeres, a mayores y niños. En La Rabia, utiliza imágenes de archivo de los cincuenta y se une al escritor Giovanni Guareschi para responder a la pregunta: ¿Por qué nuestras vidas se han caracterizado siempre por el descontento, la angustia y el miedo? La película está dividida en dos partes claramente diferenciadas. En la primera, Pasolini responde con su convicción de hombre de izquierda; en la segunda, Guareschi, sustenta la visión conservadora.

Como personaje provocador y controvertido, su confesada homosexualidad, que alzó como estandarte, marcó de forma rotunda su destino, lo convirtió en el eterno enemigo de la derecha

PASOLINI 2PPP y los clásicos

El Decamerón, Los cuentos de Canterbury y Las mil y una noches. En esta etapa se dedicó a la adaptación de tres grandes obras de la literatura universal, a las que se denominó: La trilogía de la vida, aquí están reunidas sus obras más reconocidas y exitosas. Hasta que llegó Saló. Obra maestra, polémica y excesivamente prohibida. Dura pero excepcional, desgarradora y elocuente, letal, difícilmente soportable, un relato dantesco, una experiencia demoledora, que nos sacude física y espiritualmente; la transcripción de Los 120 días de Sodoma, de Sade, ambientada en la república fascista de Saló (1944-1945). La cosificación y el sadomasoquismo como metáfora de lo que el poder hace del cuerpo humano: su mercantilización. Es marxismo puro, el Manifiesto Comunista dice que el poder mercantiliza al cuerpo, lo transforma en mercancía. “Sin querer, en este film por un lado me encontré representando la vida del pequeño burgués, con sus salones, sus tés, sus abrigos y por otro, describiendo la ceremonia nazi, en toda su solemnidad macabra, tétrica y miserable».

Como personaje provocador y controvertido, su confesada homosexualidad, que alzó como estandarte, marcó de forma rotunda su destino, lo convirtió en el eterno enemigo de la derecha, que en sus diferentes manifestaciones, no le dará tregua y lo perseguirá incluso hasta su sórdida muerte, cuando, en un fatídico amanecer de 1975, su cuerpo fue encontrado, en el balneario popular de Ostia; había sido brutalmente asesinado a golpes por Pino Pelosi, un taxi-boy de 17 años, con el que tuvo un encuentro ocasional en confusas circunstancias. Esa misma noche, PPP había dado una entrevista en la que habló acerca de la realidad italiana y los peligros de un resurgimiento del fascismo. Este presunto crimen homosexual es en realidad un asesinato con connotaciones políticas, ya que PPP teníala intención de revelar en Petróleo (la película en la que estaba trabajando) el nombre del culpable del presunto homicidio del presidente de la compañía petrolífera Eni. Nuevas declaraciones dan lugar a la reapertura del sumario del caso. Un año antes, 700 intelectuales habían firmado un manifiesto exigiéndola.

Y el final, un final desgarrado, atroz, pasoliniano. Todavía duele. No creo que haya palabras para describir ese dolor, por lo cual, me remitiré a otro grande, Nanni Moretti, que en su película Caro diario le rinde homenaje, un homenaje sin palabras, profundo, despojado de sentimentalismos; un viaje a Ostia, al lugar de su muerte, donde hay una escultura en ruinas que lo recuerda; un recorrido interior, por las calles de esa, su Roma suburbana, afónica, arrasada; un viaje por su esencia, la de un renacentista, uno de los últimos hombres curiosos, que quiso abarcarlo todo.

Víctor Hugo Morales: ¿Progresismo en jaque?

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A punto de viajar a Europa, la voz periodística más sólida del progresismo argentino, se tomó un tiempo para responder a nuestras preguntas. El barro del poder, la Ley de Medios y Chevron, son algunos de los temas tocados en esta entrevista.
Por ULTIMOROUND
Fotos: Agustina Maggiotto Ilustración: Rocio Malatesta

Las ocho. Es una mañana fría y soleada en Buenos Aires. Estamos en la puerta de Radio Continental. Fumamos, tomamos mate, simulamos tranquilidad. “Ya debe estar por caer” dice el guardia. “Siempre cae ocho y piquito”. La Umpa dejó el auto mal estacionado y tiene que ir a correrlo porque justo viene la policía. Caminamos un poco en derredor, nos miramos. Ocho y diez. “Mirá si nos clava”, dice Javier y la pregunta queda picando como para que el guardia de la radio se aparezca de nuevo y la empuje con un: “Muchachos, llamó Víctor Hugo y avisó que no viene”. El fantasma es real. La semana pasada lo esperamos en vano, como una quinceañera desengañada. Y sin mates.

Nada tendría de extraño que hoy ocurriera lo mismo. Que se fuera directamente al aeropuerto y dentro de un par de horas nos enterásemos  de que está haciendo el programa desde un avión en viaje a San Sebastián o Praga o Venecia. Nada tendría de extraño después de todo. Agustina también lo sabe. Está emponchada como una talibán y comienza a dispararnos para calentar los músculos de su Nikon. Tiro el pucho, lo apago con la punta de la zapatilla y cuando todos empezamos a pensar en que efectivamente ya no vendrá, el entrevistado hace su aparición.

Víctor Hugo llega en un auto azul de alta gama conducido por una mujer rubia. Se baja, toma su bolso de la parte de atrás y se dirige hacia nosotros: “Ustedes son los chicos con los que hablé la semana pasada, ¿verdad?” Toca el portero eléctrico de la radio y nos invita a pasar rápida pero amablemente. “Andá sacando las fotos mientras hacemos la entrevista, por favor”, le dice a Agustina. Y a nosotros: “Avancemos muchachos, que en un rato entro al programa”. Víctor Hugo es alto, y además de esa voz profunda e inconfundible que lo caracteriza, tiene una mirada penetrante. Intuye, sabe, que vamos a realizarle algunas preguntas que no le resultarán del todo cómodas. Antes de empezar, por las dudas, miramos la pantalla del grabador. Dice REC.

Víctor Hugo, ¿cuántos problemas concretos, sociales y políticos, se solucionan con la Ley de Medios?

Se soluciona el entendimiento de los problemas, el conocimiento, que es la herramienta más importante que una sociedad puede tener. Estamos hablando de una democracia participativa y de que, para ser parte activa, la ciudadanía necesita estar bien informada; en consecuencia, lo primero que puede generar la concentración mediática y una mala información es que la sociedad elija mal, para empezar. Elegir mal quién te va a administrar, elegir mal nada menos que al administrador. Después, que el administrador, es decir el gobierno que el pueblo elige, no pueda llevar adelante las tareas políticas para lo que ha sido designado mediante el voto popular porque otro tipo de intereses, impuestos por quienes manejan la información, son los que predominan frente la opinión pública a la que van desquiciando como de alguna manera creo que ha sucedido en estos últimos años en Argentina. Entonces la pregunta es muy correcta y central: ¿Cómo gravita la libertad de expresión, la pluralidad de la información? ¿Cómo gravita en que comamos más o comamos mejor? Bueno, ahí reside el punto de partida de todo.

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Si la información es vital para elegir, ¿a qué le atribuye usted la elección de las alianzas por parte del kirchnerismo y su apoyo a gobernadores e intendentes envueltos en conflictos, en corrupción?

La construcción del poder no tiene mucho que ver con la ética, no tiene relación con eso sino con la política. La política, de las cuestiones éticas, se reserva todos los derechos y siempre se paga un precio. En estado puro no hay nada, es política: puede haber una contención mayor o menor para eso que te disgusta desde el punto de vista humano pero no siempre puede ser total. Porque si vos tenés un proyecto abarcador de lo que soñás como felicidad de todo el país, y un distrito puede ser decisivo para que vos consigas, digamos, por ejemplo un gobernador, que hay unos cuantos que hay que es para… para darle de comer aparte, pero, siguiendo, si vos tenés que mantener una relación tapándote la nariz pero porque eso te permite adentrarte mucho más en el proyecto más abarcativo que tenés no es lo ideal, por eso no me imagino adentro de la política, me cuesta.

Ilustración: Rocío Malatesta
Ilustración: Rocío Malatesta

¿Es imposible no ensuciarse?

Es que la política es meter las manos en el barro siempre, constantemente. Prácticamente nadie queda exento de esa situación.

¿Chevrón es un ejemplo de las manos en el barro?

En estos temas no existe otro camino que atenerte a la justicia, aunque no te guste. Y la justicia internacional, la de la Haya, ha dicho que Chevrón no tiene responsabilidad. Un poco en línea con lo que dijo la Corte Suprema aquí a pedido del gobierno. Una situación que resulta compleja, resuelta por la buena relación entre Ecuador y Argentina. Lo normal, si no hubiese un gobierno amistoso en Ecuador, sería una acusación altisonante de protección por esos intereses porque la corte se pronunció a pedido del gobierno argentino que a su vez estaba negociando con Chevrón… un escenario incomodo e indeseable. Lo que sucede también es que existen y se generan constantemente versiones de que Chevrón no es la empresa responsable directa de lo que sucedió en el país de Correa, sino que compró un problema y se hizo cargo de esto (NdeR: Los problemas, según La Haya, son responsabilidad de la mala gestión de la estatal Petroecuador, que a mediados de los años noventa asumió el control de los campos dejados por Chevrón-Texaco)

En Latinoamérica se pronostica un “planchazo” de las medidas progresistas, ¿Cómo cree que influirá en Argentina este proceso; se puede tirar más a la izquierda?

No. El límite es el 30 por ciento. Y se dependerá de otros factores, como el económico para seducir a otra parte del electorado y sostener al sector más progresista que está verdaderamente involucrado en un modelo inclusivo, un proyecto de inclusión de derechos, de aumento de medidas sociales y demás. Pero hay un 30 por ciento que está firmemente a la izquierda; un 30 o 40 que está decidida y rotundamente a la derecha; y en el medio está el resto que fluctúa pero que a la vez está muy en manos del escandaloso poder de los medios dominantes, que también son los que históricamente más daño le han hecho a la Argentina.

¿Con qué sector social identifica ese “resto fluctuante”?

Con el sector de los satisfechos o no satisfechos. Para mí así se divide la sociedad, con esas categorías. Porque los que están satisfechos en general proceden de acuerdo el grado de satisfacción que le permite mantener. Ningún insatisfecho que tenga mínima conciencia de cómo son las cosas podría estar votando a nadie que represente a la derecha, a lo establecido, al poder económico ¡No se le puede ocurrir a una sola persona!

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¿Qué cambio se juega en dos años?

El cambio es rotundo: o el gobierno que está, que es el único que tiene un perfil progresista, o el resto. Del resto es lo mismo, cualquiera podría ser presidente porque se trataría de un administrador de intereses que se manejan prácticamente solos.

¿A qué debe apuntar el Gobierno en los próximos años?

En caso de que no salga la Ley de Medios, tomar medidas para que le permitan accionar en pos de un avance con esta ley que sería un regalo para el país y dejar para el próximo gobierno, quien sea, una relación de fuerzas menos asfixiante de la que tenemos hoy en los medios de comunicación. Esto es importante porque la no implementación de la ley genera que los logros no luzcan todo lo positivamente que suelen ser. Estamos en una instancia en la que la capacidad de comunicación de los medios dominantes supera ámpliamente la posibilidad de información de logros positivos por parte del gobierno.

 ¿Cuáles fueron los errores más groseros del gobierno?

Sucede que ahí todo se mezcla entre lo que son errores y los que se presentan como errores: a mí me gustaría que me digan temas concretos y yo le digo si se equivocaron o no. Muchísimas veces hay equivocaciones, pero son de una persona, de una declaración, de un punto de vista que no suma. Y ahí se convierte en una cuestión para que los medios lo aprovechen, pero es una cuestión porque ellos siempre están predispuestos a juzgar sesgadamente ¡Ya es oprobioso, es abrumador lo que imponen desde sus medios!

 Está bien; pongamos un tema concreto: Impuesto a las Ganancias.

Es una medida tomada, casi, con exageración. Porque incluso creo que la sociedad no se divide en clases altas, medias y bajas. Son muchísimas más las fracciones sociales; son como 10 ó 20 las capas que hay y no me gusta que se distancien las clases que están cercanas porque eso genera problemas. De pronto los tipos que ganan 15.000 pesos se alejaron mucho de los que ganan 5.000, muchísimo más todavía de lo que estaban. Y esa diferencia entre las capas genera insatisfacción entre los que se quedaron atrás salarialmente. Espero que el gobierno haya sido serio en cuanto a la dimensión de la medida, de dónde van a sacar ese dinero. El hecho de que sea un proyecto que después no camina lleva sus riesgos… hay que imaginarse si lo hubiesen hecho apoyándose en los CEDIN, los cuales fallaron porque los medios lo buscaron y porque el dinero no es sonso, se preocupa de sí mismo. El CEDIN es una frustración total, una derrota fabulosa. Lo pongo como ejemplo: vos ibas a pagar ganancias con los CEDIN, que no es el caso, pero haces un proyecto y concluis que “voy a recaudar tanto y por eso voy a renunciar a esto”, sin embargo de pronto se te da vuelta la tortilla. Puede ser una cosa muy peligrosa y que complique severamente al gobierno, pero por otro lado en lo político no tenía más remedio que ceder. O sea, hay que fijarse la trampa que a veces es la política.

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¿Hay alternativas a este modelo?

No. El kirchnerismo ha conseguido que desaparezcan los grises y todo sea blanco o negro: tenemos derecha e izquierda tan nítidamente como no creo que haya en América Latina.

¿Cuánto inciden los medios oficialistas para esta polarización? En extremos por ejemplo, 678 por un lado y Clarín por otro.

En esa comparación se pierde la percepción de que Clarín miente no cada día, sino a cada hora; en cambio 678 no miente porque no genera noticias. 678 refuta la mentira, o sea, es una relación distinta. El estilo de comunicación puede gustarte o no, pueden objetarle que insisten con temas en particular, pero no mienten: que me conste, nunca ha dicho una mentira. Puede exagerar en los tratamientos, pero nunca ha mentido.

Al kirchnerismo le cuesta gobernar, pero ¿puede gobernar otro sector, teniendo en cuenta que el kirchnerismo pasaría a ser una oposición organizada?

Sí, porque el peronismo que a mí menos me gusta está dentro de los que gobernarían. No es fácil gobernar contra lo que maneja Duhalde y esos tipos de peronistas. Por otro lado, Clarín ya decidió que el candidato sea Sergio Massa; no hay otro.

¿Y Scioli, dentro del oficialismo?

No, Scioli no es un continuador del kirchnerismo. Tienen que generar un continuador, alguien que dé la pelea en serio. Para dilucidar todo esto hay que esperar un poco más, pero… Es bravísimo lo que se le viene al kirchnerismo.

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“Lo primero que me provoca rechazo de esto es que estaríamos admitiendo que son los jóvenes los delincuentes del momento, y yo he trabajado en un programa que se llamaba protagonistas de la segunda Argentina y me consta que hay dos millones de jóvenes en el país que están haciendo tareas solidarias y que están dando el alma por los demás y que hay detectada más de 25.000 acciones positivas de toda índole. Me resisto a tomar este estereotipo que toman los medios dominantes que dice que el joven está en el delito y en la droga. Sí hay quienes están acechados por todo eso pero hay que ayudarlos, y no imputarlos, ayudarlos a todos, entendiendo que ahí tenemos una corrección a los males de la sociedad.»

 

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“Por otro lado, esto es espasmódico, toda vez que un chico de 15 ó 16 años comete un delito se habla de la baja de la edad de imputabilidad. Y hay crímenes que fueron cometidos por muchachitos de 12 ó 13, los hay. ¿Y entonces qué hacemos? ¿La bajamos a 12 ó a 13? Pero por ejemplo, se prohíbe la venta de alcohol a menores de 18, que está bien, sin embargo genera que el pibe es imputable ante la ley, pero no puede tomar alcohol. Es una incongruencia en las responsabilidades que le asignamos a unos y a otros. Por lo tanto, la solución a la violencia no pasa por bajar la edad de imputabilidad.»

“La mayoría de los muchachos de 16 y 17 años son chicos, pero chicos realmente, que hay que ir a taparlos de noche, ¿cómo los vamos a ser imputables y responsables a nivel general de un daño terrible que ellos recibieron? Porque en todo caso cuando hay un caldo de cultivo para la delincuencia es porque ellos son hijos de los años noventa, del genocidio del que fue cómplice buena parte de una sociedad en los tiempos del neoliberalismo, son los chicos que quedaron con sus padres sin poder trabajar, al margen de todo beneficio de esta sociedad. Millones de personas fueron tratados así y hay millones de hijos de esas personas. En realidad, ni los jóvenes, ni lo que llamamos la delincuencia en general son tan graves cómo deberían serlo de acuerdo a como hicimos la vida en este tipo de sociedades de América latina en los años noventa.”

Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=6kJ-FDILB1U