Era moreno, gay y de izquierda cuando todo eso era terrible. A un año de su muerte, Patricia Morante nos lee tres de sus crónicas para recordarlo.
Por Patricia Morante
Fotos: Carla Pinilla, El Mercurio.
Pedro Lemebel nació en Santiago de Chile el 21 de noviembre de 1952 y murió el 23 de enero de 2015. Escritor, profesor de Artes Plásticas por la Universidad de Chile — aunque ejerció durante muy poco tiempo la profesión— y sobre todo anti-cronista, fue Pedro Segundo Mardones Lemebel hasta que decidió hacer un enroque con los apellidos. “Me cambié de nombre a Pedro Lemebel porque mi papá no tenía por qué cargar con mi asunto sexual”, comentaría luego en alguna entrevista.
La música y las luces nunca se apagaron
El crítico argentino Julián Gorodischer dice de él: “Fue dueño del arte del errar; se sumergía en los hedores de los márgenes; rechazaba la normalización que le ofrecía el papel de escritor consagrado. Lemebel narra en resistencia: contra ‘la virulencia homofóbica’ pero también contra ‘el oro postal de la clásica estética musculada’; contra ‘el estigma de la plaga, contra el sidario condenado por la moral pacata’. También, contra la loca que atesora ‘el modelito’ especialmente comprado para asistir a la próxima premiere luctuosa”.
Escualos en la bruma
Militante comunista, luchó al interior del partido contra la homofobia. En “Manifiesto”, uno de sus textos más conocidos, dice: “[…] Mi hombría fue la mordaza / No fue ir al estadio / Y agarrarme a combos por el Colo Colo / El fútbol es otra homosexualidad tapada / Como el box, la política y el vino / Mi hombría fue morderme las burlas / Comer rabia para no matar a todo el mundo.”
Encajes de acero para una almohada penitencial
Los textos leídos fueron extraídos de su libro “La esquina es mi corazón” (1995).